
Las autoridades federales de los Estados Unidos siguen desplegando sus esfuerzos para prevenir el riesgo de la que comienza a denominarse como "tormenta solar del siglo" o "tormenta solar nuclear", en caso de que se cumpliese el 12% de probabilidades de repetición de un nuevo evento Carrington como el de 1859 en los próximos diez aƱos, pero del que ahora cabrĆa esperar peores consecuencias en lo nuclear, al estar en funcionamiento, hoy en dĆa, mĆ”s de cien reactores por todo el paĆs.
Por esa razón la Comisión de Regulación Nuclear norteamericana, su mĆ”xima autoridad de seguridad en la materia, ha venido realizando un amplio proceso de estudio de esta cuestión durante los aƱos 2011 y 2012 que ha concluido ahora con el reconocimiento de que el clima espacial representa un riesgo real para la seguridad nuclear del paĆs.
AsĆ, la propia Comisión Nuclear norteamericana reconoce ahora en las conclusiones de su estudio que no existe una normativa de seguridad nuclear adecuada para prevenir este tipo de fenómenos solares, de modo que ante un colapso por tormenta solar extrema que pudiese golpear al paĆs y generar un escenario de crisis de larga duración "por semanas o meses", las centrales nucleares norteamericanas, por contra, no estarĆan actualmente en posición de poder garantizar por si mismas la refrigeración "mĆ”s allĆ” de los primeros 7 dĆas".
En particular, y junto a los propios reactores nucleares, uno de los principales aspectos de preocupación para la Comisión de Regulación Nuclear ante un tal escenario solar serĆa el del mantenimiento del delicado equilibrio necesario para la refrigeración de las grandes cantidades de combustible gastado temporalmente almacenado en las piscinas de las centrales.
Razones Ć©stas por las cuales la propia Comisión Nuclear habrĆa decidio abrir otro nuevo periodo de estudio en 2013, en este caso ya respecto la elaboración de nuevos requisitos de seguridad con los que dotar a las instalaciones nucleares frente el clima espacial, de modo que cada central de aquel paĆs fuese provista con una refrigeración y funcionamiento automĆ”ticamente garantizado para "2 aƱos", en forma completamente autónoma e indepeniente de lo que pudiese suceder con medios e infraestructuras fuera de las propias instalaciones durante ese tiempo y ante la posibilidad de que no fuese posible recibir ayuda ni comunicación con el exterior.
El informe Ćntegro ha sido hecho pĆŗblico por el ha venido informando Nueva Tribuna a travĆ©s de distintas informaciones; Ć©sta nueva documentación habrĆa sido ahora igualmente remitida al Gobierno de EspaƱa y al Consejo de Seguridad Nuclear, acompaƱƔndola de otros informes que recogerĆan tambiĆ©n la confirmación fehaciente de hasta tres tormentas solares severas distintas que, en los Ćŗltimos dos ciclos solares, el 22 y el 23, habrĆan ocasionado distintos incidentes nucleares "moderados" en centrales nucleares de Europa y los EEUU, y ello aĆŗn tratĆ”ndose, todas ellas, de tres tormentas solares "muy inferiores" a un evento Carrington, segĆŗn seƱalan: "Hasta tres tormentas solares severas, pero muy inferiores a un Carrington, han demostrado ser capaces de afectar la seguridad de varias de nuestras centrales nucleares occidentales en los Ćŗltimos dos ciclos solares; en tĆ©rminos de seguridad nuclear esto representa ya un hecho objetivo de la mĆ”xima relevancia y algo directamente desencadenado por el clima espacial; un hecho que, por tanto, no puede seguir siendo desatendido mĆ”s tiempo. Esa es la importancia fundamental de toda esta documentación" concluyen.