
La salud mental se ve negativamente afectada durante los periodos de precariedad económica
Numerosos estudios han tratado de determinar las consecuencias de las crisis económicas sobre la salud de los ciudadanos. Al analizar estudios especĆficos en salud mental, los resultados son claros: la salud mental se ve negativamente afectada durante los periodos de precariedad económica. El reciente Informe de la Sociedad espaƱola de Salud PĆŗblica SESPAS, asĆ lo seƱala.
Las precedentes crisis financieras asiĆ”ticas de 1997 y 2007 produjeron un aumento significativo de trastornos depresivos con un aumento de la mortalidad por suicidio en la mayorĆa de estos paĆses asiĆ”ticos (relacionado con un incremento de las tasas de desempleo).
En España, los estudios que comparan la prevalencia de trastornos mentales en Atención Primaria, antes y durante la crisis (2006-2010) señalan un aumento significativo de los trastornos de ansiedad y el abuso de alcohol. Entre 2009 y 2012, se ha producido un aumento relevante en el consumo de fÔrmacos antidepresivos y los trastornos mentales tienen una asociación significativa con el desempleo o con un familiar desempleado. Un reciente anÔlisis muestra una asociación entre crisis e incremento relativo de la tasa de suicidios en España en los hombres en edad laboral.
Es precisamente en esta situación (cuando hay mĆ”s necesidades de salud) en la que se estĆ”n aplicando unas polĆticas de recorte y traspaso de financiación sanitaria pĆŗblica a manos privadas (ejemplo del Hospital de AlcaƱiz) que esta lesionando gravemente nuestro Sistema pĆŗblico de salud. Los profesionales de salud mental, alarmados ante el deterioro de estos servicios, han hecho una llamada a la atención (Declaración de Atocha) sobre la vulneración de los derechos de los ciudadanos/as al equitativo a los servicios pĆŗblicos y a la proteccioĢn de su salud. SeƱalan la carencia de direccioĢn, de capacidad de gestioĢn y de una estrategia de salud mental que defina un plan, para hacer frente a la situacioĢn.
En Aragón no es difĆcil visualizar la infradotacioĢn de recursos en atención a la salud mental. Las listas de espera son inasumibles (citas preferentes/graves, 2 meses, resto 4-6 meses, hasta un aƱo, segĆŗn centros) y generan grave perjuicio a familias y pacientes. Si no lo impedimos, esta situación se verĆ” agravada con la desaparición de 5 unidades de salud mental y su unión en 2 ó 3. Esta medida es contraria a los principios de proximidad y efectividad de la atención (potenciĆ”ndose la estigmatizacioĢn y la marginacioĢn de los pacientes mĆ”s afectados) tal y como estĆ”n manifiestando numerosas asociaciones de afectados y profesionales de la salud.
En conclusión: la planificación de los servicios de salud mental en los próximos años, deberÔ adecuarse a un eventual aumento de la demanda. DeberÔn aplicarse medidas de protección del impacto de la crisis, con un sólido sistema de protección social, en especial en grupos vulnerables: niños, ancianos, personas en desempleo o con graves dificultades económicas.
Incrementar los servicios comunitarios, mantener la cobertura sanitaria de manera universal, reafirmar la participación real de profesionales y s y el carĆ”cter puĢblico de todos los servicios sanitarios, tanto en su titularidad como en su gestioĢn constituye una de las mejores respuestas de protección. Para revitalizar la atención a la Salud Mental en Aragón, es preciso sostener los Centros de Salud Mental como eje vertebrador y de orientacioĢn funcional de la asistencia conequipos que se sitĆŗen en los Centros de salud como apoyo de la Atención Primaria y Comunitaria.
Todo lo contrario a la polĆtica sanitaria desarrollada por el Gobierno de Aragón.
Por Carmen SÔnchez Bellido | Neumóloga | Presidenta de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Aragón (ADSPA), asociación integrada en la Plataforma por la salud mental de Aragón (35 colectivos)