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lunes. 09.06.2025

Carlos Alcaraz sucumbe ante la desinformación

Carlos Alcaraz sucumbe ante la desinformación, mientras que Fernando Valladares afronta el odio contra su persona en redes.
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Pantallazo del vídeo de Carlos Alcaraz en apoyo al influencer Ángel Gaitán.

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Personajes como Carlos Alcaraz respaldan las tóxicas patrañas de la desinformación malversada por quienes tienen una gran influencia en las redes y los medios de comunicación tradicionales, mientras que Fernando Valladares afronta los embates del odio.

“Los bulos están en todas partes y de nosotros depende que aniden o no dentro de nuestra cabeza”, suele recordar Sandra Sabatés en “El Intermedio”. Lo malo es que últimamente anidan en cabezas con una gran proyección pública, como sería el caso de Carlos Alcaraz. Su respaldo a quien está lucrándose con la dana de Valencia y encima se queja de liquidar impuestos por haber ingresado las donaciones como beneficios empresariales, convierte al villano en héroe. Sería bueno que se informara mejor y leyera por ejemplo a mi colega del CSIC Fernando Valladares, quien está recibiendo mensajes de odio por hacer su trabajo como excelente divulgador científico.

Instrumentalizar el dolor ciudadano con fines políticos es una táctica tan ruin como conocida y practicada desde tiempo inmemorial

En este mundo al revés quienes mienten para eludir sus responsabilidades o justificar sus tropelías reciben vítores y aplausos, mientras que quienes hacen cuanto deben son desprestigiados como si fueran maleantes. Asistimos al culto del esperpento, cuando vemos a la presuntamente liberal Esperanza Aguirre insinuar que la Dana valenciana podría haber sido peor sin Franco. Se arremete contra organizaciones con La Cruz Roja y todas las instituciones del Estado para generar caos, como señaló Felipe VI a quienes le abucheaban e intentaban magullarle, según testimoniaba la cabeza de un escolta real.

Instrumentalizar el dolor ciudadano con fines políticos es una táctica tan ruin como conocida y practicada desde tiempo inmemorial. Pero las mentiras nunca habían circulado con tanta rapidez y eficacia, salpicándolo todo a su paso. La información contrastada y los datos no dan abasto para desmentir tal flujo de hechos alternativos que atentan contra la veracidad. El furibundo artículo suscrito por Juan Manuel de Prada o las declaraciones televisivas del académico Pérez Reverte nos hielan la sangre.

Cuesta creer que la demagogia característica del trumpismo esté apoderándose de ciertas mentes bien cultivadas y de personajes célebres por sus éxitos profesionales. Los influencers dominan las redes y engatusan a sus adeptos con un virtuosismo digno de mejor causa. Las calumnias calan en mucha gente y hacen un daño irreversible que socava nuestra convivencia. Quizá sin saberlo tan siquiera está dándose pábulo al nacimiento de una cosmovisión intransigente que cabría calificar como neofascismo reaccionario. El enemigo a batir es la mesura y de paso la socialdemocracia, tal como sucedió en la República de Weimar con el resultado que se conoce.  

Disfrutemos del tenis de Alcaraz y las novelas de Reverté, pero a la hora de contrastar nuestros criterios elijamos fuentes confiables, como las aportadas por Fernando Valladares. Fue una experiencia muy placentera coincidir con él en una programa de radio durante la pandemia. Necesitamos a personas que hagan esta labor contra viento y marea. Por eso he querido escribir estas líneas como un homenaje a su imprescindible quehacer.


Mensaje de Fernando Valladares en X respecto a los mensajes de odio que está recibiendo y que han sido denunciados por Rebelión Científica España.

Carlos Alcaraz sucumbe ante la desinformación