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Torres-Remírez | @jostorresremrez
¿Para qué sirve la historia? Muchos creen que es una manera de sentirse orgullosos de su pasado. Otros tantos que es una mácula y que hay que avergonzarse de lo que nuestros antepasados hicieron. Ambos colectivos pecan de presentismo. La historia es la que es. Nos guste o no. La historia es una maestra que debemos escucharla, aprender de ella, intentar imitar lo bueno y desechar lo malo. Y todo ello sin juzgar. Sin medir con los estándares actuales a los protagonistas de la historia.
Clint Smith es uno de los periodistas más populares en el ámbito americano y su voz tiene una repercusión que, en estos momentos, pocos periodistas alcanzan. Por ello, y tras distintos incidentes raciales acaecidos en su país, Estados Unidos, decidió, de una manera aséptica, estudiar una de las páginas más bochornosas de la historia reciente: la esclavitud estadounidense.
Esclavos han existidos desde el comienzo de los tiempos y actualmente aún existen en numerosas regiones del mundo. Por lo que este fenómeno no es exclusivo de Estados Unidos. Ellos no lo inventaron, ellos llegaron a un mundo donde era la norma tener esclavos. Ese es el punto de partida del ensayo de Smith.
¿Qué se le puede achacar a Estados Unidos con respecto a la esclavitud? La modernización. Nunca un país tuvo un sistema tan moderno y tan bien diseñado sobre la venta de esclavos y su uso en la economía nacional. Pueden buscar ejemplos en cualquier sistema esclavista: el Imperio Romano, el califato Omeya, el Califato de Córdoba, los Zares, el Imperio Otomano, la época napoleónica o el comercio portugués. Nunca nadie había sido tan eficiente a la hora de quitar las libertades más fundamentales de un ser humano y sacar el máximo provecho de ello.
Si no se conoce la historia, no sólo estamos condenados a repetirla, sino que minimizaremos los posibles efectos que está teniendo en nuestros días. Y ahí está el valor añadido que aporta “El legado de la esclavitud” al debate racial. Incluso el subtitulo del libro es informativo: “Cómo recuerda Estados Unidos su pasado más cruel”.
Dependiendo del recuerdo o, mejor dicho, del relato del recuerdo que tengan los estadounidenses actuales sobre la esclavitud, se enfrentarán de una manera u otra a ciertos problemas. Y es la propia institución de la esclavitud la que ha marcado la situación social y económica de numerosas regiones de Estados Unidos. Esta idea, basada en las hipótesis de los premios Nobel de Economía: Acemoğlu y Robinson, defiende que según las instituciones históricas el presente será de una manera u otra. Eso demuestra Smith en el libro al diferenciar las realidades del siglo XXI entre unos estados u otros. Incluso dentro del mismo estado, dependiendo del arraigo que la esclavitud tuviera, el presente es distinto.
Uno de los grandes aciertos del autor es no victimizarse, ni a él (es afroamericano), ni a todo su colectivo. No busca una disculpa por parte de los herederos de los dueños de los esclavos, ni tampoco reclama dinero. Sólo quiere mostrar una realidad. La esclavitud ha sido una rémora para Estados Unidos y hasta que no curen las heridas que quedan abiertas, seguirán frenándonos en el crecimiento económico y social. Por cierto, la esclavitud no fue sólo de un colectivo. El autor recuerda que las tribus indígenas también sufrieron, no sólo un exterminio, sino también la esclavitud en algunos momentos. Y también hubo una minoría de esclavos blancos. La esclavitud afectó a todos. Algo que queda patente en el ensayo.
Smith es un gran periodista, y se le reconoce en la manera de escribir, ya que la narración es amena y divulgativa. Esto no significa que el libro carezca de veracidad o sea una sarta de tópicos y lugares comunes. Clint Smith ha realizado un trabajo de investigación más académico que periodístico, permitiendo que el gran público acceda a muchas de las ideas que profesores de universidad han plasmado en sus revistas especializadas, que sólo leen cuatro gatos. Se podría clasificar el libro como una tesis para el gran público.
Este libro fue publicado en el año 2021 y recibió elogios por parte de la crítica y del público. Entre otras distinciones obtuvo el premio nacional del círculo de críticos de no ficción. En otras palabras, el público compró en masa el libro y a los críticos les encantó. Por ello es llamativo que se haya tardado cuatro años en traducirlo y que venga a España. La Editorial Capitán Swing es la responsable de subsanar este error del mundo editorial español.
