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Laura Ayar |
Qué despliegue de luz, color y sonido en la puesta en escena de un concierto como pocos el que tuvo lugar el pasado viernes 24 de enero en La Sala del antiguo Wizink Center de la capital como parte del ya consolidado festival INVERFEST. Maika Makovski, con su potente voz y sus múltiples registros a la par que un estilo rock barroco ya sea como solista (qué chorro de voz el de esta chica en el bis inesperado con una antigua canción de la época en la que Maika trabajaba para Warner Studios) o bien tocando con sus siete músicos maravillosos (entre los cuales se encontraban tres chicas) ella al piano y al teclado que tocó con maestría absoluta y un garbo sobrecogedor. Gratamente sorprendidos los asistentes del respetable (entre los que pudimos encontrar numerosos fans de la cantante) vitorearon y seguían el ritmo con la cabeza de temas como “My head is a Vampire”, “Just a Boy” , “Love you till I die”, “The Door” y asi un sinfín de temas de la cantante a cual más innovador, alternando temas más lentos con otros más funky e innovadores. Seguimos el repertorio de este Bunker Rococó que sonó ecléctico, precioso y con un timbre alucinante. Todo en ella es excesivo, siempre en el buen sentido, desde la peluca al más puro estilo Mozart hasta su manera de tocar a un tiempo piano y teclado (un piano increíble con unos colores nunca antes vistos en el escenario).

De padre macedonio y madre española, Maika comenzó a escribir canciones a los doce años y a actuar en vivo a los catorce. En 2009 John Parish (productor de PJ Harvey,o Tracy Chapman) invitó a Maika a su estudio de Bristol para grabar su tercer álbum, Maika Makovski (2010) que desfiló por Londres y Bristol y varias ciudades españolas y así, desde entonces, Maika se ha ido reinventando y ampliando su espectro musical/ teatral hasta llegar a colaborar con Mikel Erentxum y con Juan Echanove, participando en diversos programas de radio y televisión y ampliando influencias al margen de la inicial de PJ Harvey. Su rock alternativo bebe de otros estilos y se inspira en mil formas artísticas, lo que convierte a Maika en alguien muy versátil y de gran alcance. Quién necesita Evanescence. Chapeau.